Elchicotriste: “En estos tiempos de pandemia tenemos un gobierno de ineptos frente a una oposición totalmente asintomática”

Entrevista realizada por Òscar Ramírez Dolcet

Ardua tarea la de escoger un titular después de una entrevista a Miguel Villalba “elchicotriste”. Este dibujante, humorista gráfico, “vinyetaire”, artista, creador, opinador ilustrador de la actualidad, deja su huella en cada respuesta y más en estos tiempos pandémicos y de aislamiento ante una nueva normalidad que nadie cree ni desea.

foto del Chicotriste en una de les seves activitats com a humorista gràfic.

Sus ilustraciones han dado la vuelta a todo el mundo, como sus murales que ha pintado y dejado como herencia en diferentes ciudades europeas, igual que sus proyectos que siempre han nacido con buen pie i han llegado a buen puerto mientras él ha sido el capitán. Lo podemos ver dibujando en directo en las mañanas de TV3 o haciendo caricaturas que regala a los lectores que compran sus numerosos libros donde el humor es la esencia y el sarcasmo su hilo argumental.

Este “chicotriste” que alegra a todo aquel que lee sus agudas viñetas, es un duro opinador que no se deja doblegar por los poderes que, desde hace tiempo, intentan silenciarlo en las redes sociales bloqueándole sus perfiles o cerrándolos directamente. En una época llena de grises, amarguras, miedos y decepciones, es más necesario que nunca contar con creadores como él. Por eso hemos mantenido una larga, pero muy interesante conversación que os trasladamos a continuación pidiendo a quien la lea que lo haga con paciencia y entrega.

Miquel, ¿Como defines los tiempos actuales de pandemia? ¿Son tiempos difíciles, raros?

Son tiempos predecibles ya vaticinados por genios de la literatura como Orwell, Huxley, C.S.Lewis…

Igual que Verne predijo en sus escritos el submarino, los viajes a la luna o las videoconferencias, estos otros predijeron en sus relatos distópicos tiempos en los que, a través del miedo, los gobiernos totalitarios aprovecharían algunas circunstancias para hacer de su capa un sayo. Es exactamente lo que estamos viviendo.

¿Es fácil encontrar la dosis de humor necesaria, o el sarcasmo, en momentos donde abunda la incredulidad de esta nueva normalidad y una cierta tristeza que ésta genera?

Diría que sí. Más fácil que en momentos de bonanza y seguridad, porque cuando todo va sobre ruedas el humor no es tan indispensable, prevalece la pereza intelectual. El humor siempre fue un bálsamo reactivo para aliviar el desconcierto y la tristeza. Es una forma de duelo que utiliza la risa y la sonrisa en lugar de la lágrima y el silencio ante las desgracias. Un salvavidas. Es en momentos como estos que se hace más necesario que nunca, y es en estas condiciones que el humorista de raza se mueve en su terreno. Si escarbamos un poco, detrás de cualquier manifestación humorística, chiste, gag o viñeta siempre existe un poso de amargura. Las situaciones hilarantes a menudo nacen de circunstancias dramáticas o dolorosas, comenzando por los sketches más elementales. ¿Por qué si no nos haría gracia el resbalón con una cáscara de plátano o el tortazo de crema en la cara? El humor tiene una forma un poco perversa de darle la vuelta a una situación desagradable y hacer de ella algo irrisorio, lo cual no deja de ser sublime. La quintaesencia del intelecto si se sabe hacer con maestría. Es una de las características que mejor nos define como seres pensantes.

¿Qué te inspira la actuación de los políticos en todo este proceso? ¿Quién te da más juego?

Voy a ser muy sincero: Me inspira repulsión, hastío y rechazo absoluto la gestión que se está llevando a cabo en general. Una gestión poco sanitaria y muy estratégica y oportunista en términos de acaparamiento de cuotas de poder por parte de las instituciones. El talante de estos políticos que tenemos se ha revelado en toda su mediocridad. Es evidente que se está magnificando una crisis sanitaria (sin desmerecer su gravedad) para lograr un mayor control de la ciudadanía, pisoteando algunos de sus derechos más elementales como es la libre circulación en base a unas medidas anticientíficas desmentidas por los organismos sanitarios internacionales, incluida la propia OMS en la que dicen basar sus políticas. Como ejemplo citaré la inutilidad de las mascarillas en espacios abiertos o la poca fiabilidad de los PCR para detectar positivos. En estos tiempos de pandemia tenemos un gobierno de ineptos frente a una oposición, si me permite el chiste, totalmente asintomática, en el sentido de que no existe, como el propio comité de expertos que se suponía estaba diseñando la estrategia de desescalada.

No hay nadie al volante.

Además de los políticos, ¿A quien más has dado protagonismo durante estos meses que esté involucrado en el Covid?

En mi último libro “Humor sin mascarilla” apenas hablo de políticos. Doy protagonismo a la gente. Las mascotas paseando a sus dueños, los encierros con la suegra y la parienta, que resultan más tóxicos que el propio virus, los efectos que las medidas restrictivas ejercen sobre la psique de las personas en una situación que les desborda. Es probablemente el libro menos político que haya hecho. Pura sociología caricaturizada.

Como vives tú, personalmente, esta situación. ¿De qué forma te ha afectado?

Desde un punto de vista económico ha sido una catástrofe, ya que dos de las publicaciones en las que trabajaba están paralizadas. Desde el punto de vista social mi vida no ha cambiado, ya que, por la naturaleza solitaria de mi profesión, mis hábitos no se han visto alterados prácticamente. Es decir, que con o sin pandemia yo vivo un eterno confinamiento hecho de tinta, papel y scanner. En ese sentido los dibujantes podríamos sobrevivir un holocausto. Lo que sí llevo mal es lo de los bares cerrados. Me parece una barbarie. Un sadismo inútil, como eso del toque de queda. Por lo visto el coronavirus es como un vampiro que sólo sale de 22h a 6h a contagiar a sus víctimas y al salir el sol regresa a su ataúd. Ridícula. Muy ridícula y terraplanista esta gestión, más digna de un comic de Mortadelo y Filemón que de un país civilizado y tecnológico.

¿El humorista gráfico puede tirar con el teletrabajo? ¿Es la mejor opción?

Nosotros desde que apareció internet siempre trabajamos enviando documentos digitales para las publicaciones. Lo de los originales a entregar en redacciones editoriales se acabó en los 80, así que en ese sentido nos hemos visto poco afectados, salvo aquellos de nosotros que hemos combinado nuestra labor de dibujantes con una novedosa vertiente que convierte el dibujo en espectáculo. Un ejemplo es lo que hago en TV3 dibujando en directo. Todo eso está interrumpido de momento. Ahora enviamos procesos grabados de dibujo o cortos animados, en mi caso.

Dejando aparte el tema Covid vamos a recordar que en España no se da, ni de lejos, el rol social que si tienen en otros países los dibujantes, ilustradores, humoristas gráficos. ¿por qué sucede?

Es cierto que aquí no ha habido la misma cultura de respeto por el comic y el humor gráfico como disciplina artística que ha habido tradicionalmente en otros países como Francia, Bélgica, USA… Esto se debe en parte a que en esos países supieron librarse con mayor rapidez del atavismo de esta disciplina como producto infantil o adolescente, puramente de entretenimiento. En otros países se entendió antes la capacidad del dibujo y el arte secuencial como vehículo de cultura, con un potencial narrativo y didáctico tan digno como la literatura escrita.

Se reflexionó con más profundidad sobre la capacidad del humor para hacer mella en la psique del lector, en su eficacia a la hora de forjar opiniones, de elaborar mensajes de manera contundente. Una viñeta puede decir más y mejor que 1000 textos, si está bien elaborada. Esto en otros países se entendió de tal manera que utilizaron este formato para vender productos, para enrolar voluntarios a una guerra e incluso para hacer caer gobiernos, ni más ni menos. En Francia el humor gráfico entra en el apartado de sociología, psicología…antropología más que en el de entretenimiento. Allá la sátira política es crónica de actualidad. Aquí seguimos siendo pintamonas y se reflexiona poco sobre las posibilidades del formato en el que trabajamos.

¿Crees que es España la gente, en general, entiende el humor que hacen creadores como tú?

Como en todos los países hay un público para cada tipo de humor. Los hay que ríen con el chiste de escatología o pornografía fácil. Los hay que militan políticamente a través del pseudo-humor de sesgo ideológico y todo lo que sea denigrar a sus adversarios dogmáticos les es bienvenido, como en la malograda revista “El Jueves” que por desgracia ha abandonado la esencia de la sátira y la ironía para transformarse en un instrumento político donde sólo reciben los de siempre. Y los hay también, aunque ya van quedando menos, que aprecian el humor inteligente, elaborado, metafórico, filosófico, humanista. Ese tipo de humor se reconoce porque no caduca. Sus viñetas trascienden al espacio y al tiempo y tendrán la misma fuerza dentro de 20 años que tuvieron 20 años atrás.

Los maestros que practican ese tipo de humor están desapareciendo por ley generacional, y también su público se está extinguiendo. Es el signo de los tiempos. Esta sociedad de consumo rápido ha traído consigo la escasez intelectual, y el humor de calidad requiere de intelecto. Lo triste es que la menguante calidad del lector es directamente proporcional a la menguante calidad del humorista gráfico. Me incluyo en la decadente ecuación, que conste.

¿y la clase política, tiene cintura o la piel muy fina?

Tiene la piel muy fina en general, si hablamos de medios con mucha difusión, y al mismo tiempo siente la morbosa necesidad de verse representada en el universo del humor gráfico. Todo lo que sea exaltar su imagen lo dan por bien empleado, por aquello de que lo importante es que hablen de uno, pero si consideran que te has pasado de frenada disparan con bala más de lo que pueda disparar con tinta el dibujante.

Eres uno de los perfiles más bloqueados en las redes sociales, muy especialmente en Facebook. ¿Sabes quién pide tu cabeza, denunciándote, para que te bloqueen?

El mío no creo que sea un caso excepcional, si bien es cierto que el 12 de marzo la plataforma FB firmó un contrato con las agencias “anti-bulo” (eufemismo para decir “control de contenidos”), como Newtral, Maldita y posteriormente Agencia EFE. Desde entonces se ejerce una monitorización y una censura brutal en esa red social, de la que muchos hemos sido víctimas. Dado que estas agencias están compuestas por miembros de la órbita socialista que curiosamente también capitanean las televisiones públicas y privadas que han recibido jugosas subvenciones por parte del gobierno “dizque-progresista”, cabe esperar que esa censura se cierna siempre sobre un determinado tipo de contenidos críticos con la gestión gubernamental, y yo siempre he sido por defecto crítico con las gestiones gubernamentales de toda cuerda, sencillamente porque quien manda es quien impone las políticas que ofrecen o no resultados, y por lo tanto es lógico que como humorista gráfico me dedique a sacar punta a su gestión, que es la criticable en estos momentos. Lo hice con la gestión del PP, lo hice con la gestión independentista aquí en Catalunya, y lo hago ahora con la de este gobierno caótico que se sujeta con pinzas por una serie de intereses individualistas que poco tienen que ver con unas praxis orientadas a las necesidades del país.

En ese sentido nunca como ahora he tenido más argumentos críticos, porque sencillamente el desastre que ha perpetrado este gobierno de parches mal avenidos, de partidos que se odian entre sí, no tiene precedentes, y ha llegado en el peor momento posible porque es evidente que la crisis sanitaria se ha llevado por delante su escasa credibilidad y ha dejado al aire sus vergüenzas de forma obscena. De ahí que su talante sea cada vez más restrictivo y totalitario. No les interesa convencer sino vencer. Los personajes críticos a nivel periodístico sobran más que nunca en un país como el que quieren construir a través de la perpetuación en el poder cueste lo que cueste. Han implementado la ley mordaza que tanto denunciaban y la han proyectado a las redes sociales, que es un espacio que, a diferencia de la prensa escrita y las televisiones, todavía no han logrado acaparar, pero están en ello. El resto es historia.

¿Hasta qué punto influyen en tu comportamiento en redes estos bloqueos? ¿Te han hecho repensar en algún momento la necesidad de suavizar tu discurso?

Evidentemente no es agradable sentirse acosado por la censura y la monitorización de los contenidos sistemática y sin precedentes que está llevando a cabo el gobierno irónicamente auto-denominado de “progreso”. Yo soy sólo uno más, pero en lo que va de la firma de FB con esas agencias ya me han cerrado 8 perfiles, el primero con 12 años de antigüedad y más de 10.000 usuarios. Tienen tus datos, IP, DNI, nº de teléfono, impiden que abras nuevos perfiles y hay que buscarse la vida de mil y una maneras para hacerle la cobra al totalitarismo mediático. No se trata de simples algoritmos porque muchos de los contenidos que censuran se encuentran intactos en otros perfiles. ¿Cómo es posible que un chiste sea delito de odio en un perfil y en otro no lo sea? A mí me han llegado a interrumpir transmisiones en directo, ya me explicarán qué clase de algoritmo actúa de esa manera a menos que el perfil en concreto ya esté bajo vigilancia. Esto es algo que están sufriendo muchos perfiles disidentes, incluyendo algunos de comunicadores influyentes.

Es inquietante el control exhaustivo que quiere ejercerse en todos los niveles de poder, empezando por el nombramiento de una persona del partido como fiscal general para archivar todas las denuncias al gobierno por parte de colectivos sanitarios, de familiares de víctimas, de jueces, de abogados, cuerpos policiales, etc. Ahora han llegado a las redes y ejercen su labor de comisariado político en el espacio digital. Esta cacicada anticonstitucional es la gran aportación del “gobierno de progreso” a la libertad de expresión en este país, pero en lo que a mí se refiere, su talante despótico sólo me empuja a ser más transgresivo y dedicarme más a fondo a burlar su abuso contra los derechos más elementales. Repiten su mantra de la extrema derecha para enmascarar su modus operandi, que de momento es más parecido a lo que denuncian que hay en este país.

Autoretrato de Elchicotriste

Viendo como está el personal denunciando, observando que la gente tiende a no encajar demasiado bien las críticas, ¿vale realmente la pena seguir con la misma línea para conservar la salud mental y estar más “tranquilo”?

Sí queremos preservar los derechos constitucionales por los que lucharon nuestros abuelos no podemos lavarnos las manos ante lo que está ocurriendo. Sería una falta de respeto hacia los que se jugaron el pellejo por conseguirlos y una falta de respeto hacia nosotros mismos si estamos dispuestos a vivir en régimen de lacayos de un gobierno con tintes totalitarios, que en pocos meses ha atentado contra derechos tan fundamentales como la mismísima libre circulación. Ni Orwell se atrevió a tanto en sus novelas de ciencia ficción. No alzar la voz cuando están intentando silenciártela es un suicidio para nuestra propia individualidad, a la que se le presupone garantía en un estado de derecho. Lo que atentaría contra mi salud mental y mi tranquilidad es callar y ser connivente con esta flagrante violación de nuestros derechos constitucionales. No podría hacerlo siendo fontanero, imagínese siendo humorista gráfico.

¿Qué dirían algunos de tus amigos que nos han dejado, especialmente Forges, ante estos tiempos locos?

Forges era uno de esos representantes de la estirpe de humoristas que está desapareciendo. Él sabía muy bien lo que era tener que disfrazar con metáforas ingeniosas un chiste para burlar la censura. Estoy convencido de que, si viera lo que estamos viviendo hoy en día en términos de control de contenidos, monitorización de las redes, en definitiva, el brutal comisariado político que se está imponiendo en todos los ámbitos, creería que hemos regresado a tiempos funestos, y le dolería particularmente que todo esto se perpetrara a través de partidos que se arrogan la representación de la izquierda. Yo creo que la izquierda, esa izquierda intelectual, reflexiva, culta, humanista que encarnaba Antonio fraguas, José Luis Sampedro y otros ya pasó también a mejor vida. Hoy en día nos cuelan como izquierda el guerracivilismo trasnochado, el sexismo parapetado tras una grotesca parodia del feminismo, que tiene más de revanchismo que de igualitario…si tuviera que hacer una caricatura de lo que hoy llaman izquierda progresista en este país, dibujaría un moño aforado con agravante de género, y así nos luce el pelo, valga la redundancia.

¿Qué mensaje hay que dirigir ahora mismo a la gente de a pie?

Maricón el último.

 

Para finalizar queremos compartir con vosotros algunas de las viñetas animadas que Elchicotriste ha publicado en TV3 durante sus multiples intervenciones en el programa matinal.

https://www.youtube.com/watch?v=D0qtMQ4kkAA

https://www.youtube.com/watch?v=gJBWoNLJGgA

https://www.youtube.com/watch?v=-07Z2_K_ezw

https://www.youtube.com/watch?v=qpVcC_gTooY